Abdul Montoya

“Daniel Ortega salió peor que Somoza (…) No es revolucionario, no es socialista”, dijo Abdul Montoya al diario La Prensa el 11 de junio de 2019, el mismo día que fue liberado tras permanecer 10 meses en prisión, luego que sus excompañeros del partido Frente Sandinista del departamento de Matagalpa lo acusaran por el asesinato del manifestante opositor Lenín Díaz Mendiola.

En abril de 2018 Abdul salió a manifestarse a las calles indignado por la violencia que el régimen Ortega-Murillo ejercía en contra de los adultos mayores que protestaban en las calles de Matagalpa por las reformas al Seguro Social.

Lenín Díaz era cliente de la tienda de Montoya, se conocían de la misma ciudad y perdió la vida cuando simpatizantes sandinistas dispararon con armas de fuego en contra de una manifestación ciudadana en las calles de Matagalpa. El crimen le fue atribuido a Abdul tras un proceso en el que se violaron las garantías mínimas.

Montoya aseguró, en la misma entrevista al diario La Prensa, que su participación en las marchas y sus comentarios en contra del régimen provocaron que los simpatizantes del Frente Sandinista le visitaran en su casa para “convencerlo” de que no siguiera criticando al partido.

Su  familia denunció que su encarcelamiento era arbitrario y una represalia del régimen por haber abandonado el Frente Sandinista. Abdul fue condenado a 60 años de cárcel por los delitos  de asesinato, terrorismo y crimen organizado, una condena que nisiquiera habría tenido vida para cumplir, al ser una persona mayor de 60 años.

Fue liberado en 2019 tras la aprobación de la Ley de Amnistía y fue recapturado el 3 de abril de 2023, bajo la acusación de tenencia ilegal de armas. La jueza que llevó el caso fue Diana Isabel Jarquín, jueza local penal de Jinotega , hija de Francisco Jarquín, antiguo compañero de luchas de Abdul en  la insurrección contra Somoza, sin embargo esta acusación no prosperó debido a que las autoridades policiales se negaron a que Abdul fuera trasladado ante la juez.

Según publicó Confidencial, Montoya llevaba una vida clandestina antes de ser recapturado y las autoridades lo bajaron de un bus en el que viajaba. Al requisarlo le encontraron dinero y una lista de medicinas que iba a comprar.

Su captura no fue un hecho aislado, fue parte de un grupo de 30 personas que fueron asediadas y encarceladas por el régimen Ortega-Murillo durante la conmemoración religiosa de Semana Santa.

Mientras se bloqueaba la acusación por tenencia ilegal de armas, en otro juzgado, se le acuso por delitos más graves. Al no poseer pruebas en su contra, Confidencial reportó que en Facebook se creó un perfil falso, cinco días después de haber sido encarcelado, a nombre de Montoya haciendo llamados a la población para levantarse contra el régimen Ortega-Murillo.

El régimen Ortega-Murillo continuó  violando el debido proceso y se le informó a Abdul, a través de una videollamada, que había sido condenado a 2 años de cárcel por ciberdelitos, 5 años por menoscabo a la integridad nacional, y 15 años por terrorismo para un total de 23 años que .Abdul deberá pasar  por delitos que no cometió.

La vida de Abdul está en riesgo, ya que  también, ha perdido cerca de 20 libras de peso desde que fue capturado debido a que prefiere no comer porque en la cárcel La Modelo donde está recluido  le han servido comida con cucarachas, gusanos y en mal estado.

Al igual como ocurrió con otras personas privadas de libertad por motivos políticos, el régimen no le permite tomar sol lo que ha provocado que esté más pálido y la piel se le note maltratada.

Por todas las irregularidades que ocurrieron durante la detención y procesamiento  de Montoya y su posición crítica en contra del régimen Ortega-Murillo, Abdul es una persona arbitrariamente privada de su libertad, por motivos políticos.

currieron durante la detención de Montoya y su posición crítica en contra del régimen de los Ortega-Murillo, Abdul es una persona privada de libertad por motivos políticos encarcelado injustamente en Nicaragua.

¡Libertad para Abdul Montoya! 

Exigimos al régimen Ortega-Murillo: ¡Nicas Libres Ya!