Ana Margarita

Ana Margarita Vijil

“Mi flor, Ana Margarita”

Mi Flor, Ana Margarita, te imagino tan triste como estoy yo este día. La verdad, desde que te secuestraron, todos los días para mí están nublados, aunque el sol resplandezca y queme”, así empieza la carta que el 30 de mayo de este año su madre, doña Pinita Gurdián le escribió a Ana Margarita Vijil, quien se encuentra detenida arbitrariamente por el régimen de Nicaragua desde el 13 de junio de 2021. 

“Doña Pinita”, como se le conoce en Nicaragua, pero cuyo nombre es María Josefina Gurdián, padece cáncer y ha visto a su hija apenas 7 veces en el último año y ya van casi 365 días desde que se la llevaron. También sufre por la detención arbitraria de su nieta Tamara Dávila.

Ana Margarita Vijil tiene 44 años. Siempre que su madre pide por su liberación recuerda que es una mujer lúcida, que se mantiene firme a pesar de las condiciones de tortura en que la tienen y en mayo, la última vez que la vio agregó: “se mantiene sin una gota de rencor”, contra sus secuestradores.

Desde que estaba en libertad, Ana Margarita se describía como defensora de los derechos humanos y auguraba que esa labor la seguiría cumpliendo por el resto de su vida. Desde sus años de juventud le gustó participar en los voluntariados y diferentes proyectos sociales

Cuando el Huracán Mitch golpeó Nicaragua en 1998, Ana Margarita organizó una colecta para ayudar a las personas de las comunidades que habían sido severamente golpeadas por las inundaciones.

En sus tiempos de universitaria decidió incorporarse a la política que describía como una actividad “para servir” y no para alcanzar los objetivos de la política tradicional, tan alejados de ese servicio a la sociedad y así terminó estudiando derecho y se interesó por los derechos humanos. Incluso contribuyó a la defensa de  Nicaragua mientras estaba trabajando en la Misión de Nicaragua en La Haya en un juicio que se llevaba contra Colombia. 

Durante la crisis de 2018, se mantuvo firme trabajando el tema de los derechos sociales y también participó en  las manifestaciones para exigir la renuncia de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Ese año fue detenida por primera vez, en marzo de 2019 la retuvieron por segunda vez y en junio de 2021 se la llevaron y ya no la liberaron más.

Ana Margarita es una mujer con padecimientos de salud que requieren una dieta saludable, la que no se le proporciona en la cárcel donde está confinada por pedir libertad para Nicaragua. Sufre de torturas psicológicas, y, al igual que otras personas presas políticas, no ve la luz del sol desde la oscura cárcel donde la tienen confinada. En la prisión se encuentra bajo grave riesgo, enfrentando la posibilidad de un daño irreparable, como lo ha establecido la Comisión Interamericana al otorgarle el 30 de agosto de 2021, las Medidas Cautelares No. 593-21 y meses después, el 4 de noviembre del mismo año, la Corte Interamericana le otorgó Medidas Provisionales ordenando se evalúe, inmediatamente, la posibilidad del otorgamiento de medidas alternativas a la privación de la libertad.

En mayo del 2022 el Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria concluyó que la detención de Ana Margarita es arbitraria en base a cuatro de las cinco categorías que analiza según sus métodos de trabajo y por lo tanto, debe ser liberada inmediatamente.

La jueza Karen Vanesa Chavarría  el 4 de febrero de 2022 le condenó a  10 años de prisión por el delito de “conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional”. También la inhabilitó para ejercer cargos públicos. El 18 de mayo del 2022,  la sentencia fue confirmada por un Tribunal de Segunda Instancia que así la dejó separada de su madre.

El 4 de octubre de 2022 la Corte IDH otorgó medidas provisionales a su favor. La Corte consideró que la detención sufrida, así como los procesos penales seguidos en su contra, evidencian un proceso de hostigamiento y criminalización de las personas que se identifican en oposición al actual gobierno de Nicaragua.

Desde su computadora “Doña Pinita”, no deja de implorar por la liberación de Ana Margarita, su flor. Ruega por volver a verla en libertad y cierra sus mensajes diciéndole: “La nobleza es parte de tu esencia y aunque hoy no me permitan darte un beso presencial, te mando ese beso que te envío día y noche a través del viento y de la unión de nuestros corazones. Te amo con toda mi alma”. 

¡Libertad para Ana Margarita Vijil! 

Exigimos al régimen Ortega-Murillo: ¡Nicas Libres Ya!