Félix Maradiaga: el politólogo encarcelado por creer en las elecciones libres
A lo largo de su vida profesional, Félix Maradiaga, de 45 años de edad, visitó casi todas las universidades de Nicaragua promoviendo la cultura de la no violencia entre jóvenes, toda una hazaña en un país volátil como Nicaragua.
Sus esfuerzos no fueron del agrado del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ya que, cuando estallaron las protestas de abril de 2018, hicieron de Félix un objetivo para que los paramilitares y fanáticos sandinistas lo persiguieran y golpearan en varias ocasiones.
Las agresiones contra Maradiaga se intensificaron y a pesar de ello continuó pronunciándose en favor de la no violencia como la única salida a la crisis que se había desatado en el país. Félix, quien sufría constantes asedios en su casa y restricciones para movilizarse libremente impuestas por la policía del régimen, decidió anunciar que aspiraba a una candidatura presidencial para las elecciones de noviembre de 2021.
Él es politólogo, académico, fue director del Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (IEEPP), y sentía que tenía la capacidad para gobernar un país que, para 2021, ya llevaba 3 años hundido en una crisis política, social y económica y que solo se agravaba.
El anuncio de su candidatura no fue del agrado del régimen. El 8 de junio de 2021 lo citaron a declarar al Ministerio Público sin darle a conocer las causas del llamado, el mismo día al salir de las oficinas de la Fiscalía, la policía de Ortega lo detuvo de manera ilegal y violenta, enfrentó un juicio, donde se le impuso una condena de 13 años de prisión por considerar que cometió los delitos de “menoscabo a la integridad nacional” y “propagación de noticias falsas a través de las tecnologías de la información y la comunicación”. Las represalias no acabaron ahí, como a las demás personas que aspiraban a la silla presidencial, también lo inhabilitaron de poder ejercer algún cargo público.
En la cárcel, Félix Maradiaga todavía sueña con una Nicaragua libre, pero el régimen ha decidido torturarlo con interrogatorios diarios, lo han privado de visitas regulares de sus familiares y no ha podido ver a su esposa, Berta Valle, quien tuvo que exiliarse para no ser apresada también.
Preocupa que Félix ha perdido más de 50 libras de peso y el régimen sigue incumpliendo las medidas provisionales otorgadas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en las que se ha ordenado que se proceda a la liberación inmediata por considerar que es una detención arbitraria. Félix sufre tratos crueles, inhumanos y degradantes y mientras se encuentre privado de libertad, el Estado debe garantizar el acceso a servicios de salud y medicamentos que hasta el momento ha incumplido.
Félix Maradiaga no cometió ningún crimen. Solo quiso enseñarle a Nicaragua que la violencia no es el camino para solucionar los conflictos.
¡Libertad para Félix Maradiaga!
Exigimos al régimen Ortega-Murillo: ¡Nicas Libres Ya!