Tamara y su hija: separadas por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo
Tamara Dávila fue detenida arbitrariamente por el régimen Ortega-Murillo en junio de 2021, a través de un allanamiento ilegal, mientras se encontraba en compañía de su pequeña hija. Cada vez que recibe torturas psicológicas, los policías usan el nombre de su hija de seis años para atormentarla.
“Sos una mala madre. Dejaste a tu hija abandonada por andar protestando”, le dicen los carceleros miembros de la policía, porque saben que su hija es una de las personas más importantes en su vida.
Ese es solo uno de los muchos métodos de tortura de los que se vale el régimen para hacerle sentir culpable, al igual que a otras personas presas políticas también les interrogan diariamente para afectarles psicológicamente.
Tamara es una de las mujeres a quien el régimen le mantiene una luz encendida todo el día, por lo que afecta sus horas de dormir, pero para provocarle un mayor sufrimiento decidieron aislarla en una celda que sus familiares describen así: en lugar de tener barrotes, tiene pernos y la vigilan todo el tiempo para impedir que se comunique con otras personas detenidas arbitrariamente.
Ella es defensora de los derechos humanos, feminista, que se ha enfocado en promover los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres en Nicaragua y se integró al activismo político tras el estallido de la crisis social en en abril de 2018.
Se involucró en las protestas llevando alimentos a los estudiantes que se habían atrincherado en la Universidad Politécnica (UPOLI), una de las primeras casas de estudio cuyos estudiantes se manifestaron contra el régimen.
Tamara perdió a su mamá cuando era joven y empezaba a cursar en la universidad la carrera de psicología, por ello su tesis la elaboró alrededor de cómo vivían el duelo las mujeres jóvenes, un tema del que poco se habla en Nicaragua.
El régimen la detuvo el 12 de junio de 2021 y luego de un proceso en el que se violaron todas las garantías, el juez Félix Salmerón la condenó a 8 años de prisión y la inhabilitó de poder ejercer cargos públicos por menoscabo a la integridad nacional. El juicio duró seis días y en el poco tiempo que se le permitió hablar Tamara expresó:
“Soy inocente, mi único delito ha sido ejercer mi derecho a defender derechos y denunciar las injusticias. Por ello he sido perseguida y detenida ilegalmente. Tenía más de seis meses de estar siendo vigilada permanentemente por la Policía. A pesar de no oponer resistencia el día de mi detención, me golpearon en la cara varias veces hasta hacerme sangrar”.
Tamara tiene desde el 4 de noviembre de 2021, medidas provisionales otorgadas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos que se orientan a proteger su vida e integridad personal, sin embargo, el régimen de Ortega sigue ignorando lo ordenado por la Corte.
En mayo del 2022 el Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria concluyó que la detención de Tamara es arbitraria en base a cuatro de las cinco categorías que analiza según sus métodos de trabajo y por lo tanto, debe ser liberada inmediatamente.
¡Libertad para Tamara Dávila!
Exigimos al régimen Ortega-Murillo: ¡Nicas Libres Ya!