Washington D.C., 5 de septiembre de 2024.- Raza e Igualdad y las organizaciones que conforman la campaña #NicasLibresYa, celebramos la reciente liberación de 135 personas que se encontraban privadas de libertad por motivos políticos en Nicaragua en condiciones inhumanas.
La mañana de este jueves 5 de septiembre, estas 135 personas fueron liberadas y posteriormente desterradas hacia Guatemala tras las gestiones del gobierno de ese país y de los Estados Unidos. Allí se les brindará asistencia humanitaria y podrán reiniciar sus vidas.
Entre estas 135 personas, están las 13 detenidas de la organización Puerta de la Montaña, así como laicos católicos, estudiantes, defensores de derechos humanos, periodistas y otros, “que Daniel Ortega y Rosario Murillo consideran una amenaza para su régimen autoritario”, según el comunicado publicado por la Casa Blanca.
Nos alegra saber que no continuarán sufriendo de torturas, podrán recibir atención a sus problemas de salud y podrán tener acceso a una alimentación adecuada, condiciones que no tuvieron en el tiempo que estuvieron encarceladas injustamente.
Sin embargo, nos preocupa que las detenciones arbitrarias y la prisión por motivos políticos sigan siendo parte del patrón represivo que el régimen ha impuesto a los nicaragüenses desde antes de la crisis política de 2018.
Tras la Operación Guardabarranco que se ejecutó para la liberación de 222 personas presas políticas en febrero de 2023, las detenciones arbitrarias continuaron y el régimen pasó de tener 35 personas en las cárceles a 151, última cifra que registró el Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas hasta julio de 2024.
Desde Raza e Igualdad y la campaña #NicasLibresya, exigimos que este patrón acabe y que, pensar diferente, no constituya un motivo para que los y las nicaragüenses sean encarcelados, torturados, aislados y luego desterrados a otros países. Exhortamos al régimen en los meses siguientes a cesar las detenciones arbitrarias por motivos políticos.
Aunque salir de la cárcel y de Nicaragua permite a estas personas rehacer sus vidas en otro país, ello suele conllevar afectaciones psicológicas por el destierro, padecimientos de salud como consecuencia de la falta de atención médica durante el encarcelamiento y, en ocasiones, la separación forzada de sus familiares, ya que el régimen no les permite salir de Nicaragua.
El régimen también tiene que garantizar la no persecución de estas personas más allá de las fronteras nicaragüenses, y la comunidad internacional debe velar para que las recientes reformas al Código Penal nicaragüense no extiendan las garras de la represión a otros países donde se encuentran personas exiliadas o desterradas.
Las confiscaciones de propiedades, cancelaciones de personerías jurídicas de organizaciones no gubernamentales y cámaras empresariales, así como violaciones sistemáticas de los derechos humanos en contra de la población nicaragüense continúan, y la comunidad internacional debe hacer responsables a Ortega y Murillo, así como a sus funcionarios por todos los crímenes que han cometido.
Es hora de que el régimen Ortega-Murillo vea que la solidaridad mundial con las y los nicaragüenses es más grande que sus ansias de poder y así lo demuestran las acciones de los gobiernos de Estados Unidos y de Guatemala en el traslado y atención de estas 135 personas excarceladas.
Agradecemos que, por segunda ocasión, el gobierno del presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris dispongan de la diplomacia para lograr la liberación de las personas privadas de libertad por motivos políticos y que, en Guatemala, el presidente Bernardo Arévalo, aceptara recibirlas y brindarles, en conjunto, la asistencia humanitaria tan necesaria.
Como indica el comunicado de la Casa Blanca, estas personas también podrán optar a reubicarse en Estados Unidos u otro país, a través del programa de Movilidad Segura implementado por la administración Biden-Harris.
No olvidamos que en las cárceles de Nicaragua todavía quedan una veintena de personas que están detenidas por pensar diferente y desde Raza e Igualdad y #NicasLibresYa, les aseguramos que continuaremos trabajando para exigir su liberación.
¡Todos y todas son inocentes!
¡Nicaragua merece vivir en democracia!